Producida mediante un proceso natural a partir del grano, malta, sin utilizar extractos ni productos diferentes del agua, levadura, lúpulo y el cereal para hacer la malta.
Nuestra cerveza está elaborada a partir de 6 maltas Swaen, una de las mejores del mundo, provenientes de una pequeña maltería holandesa, proporcionando más homogeneidad y un sabor más limpio.
El lúpulo utilizado es Hallertauer Mittelfrüh y la levadura lager. Es filtrada a una micra para eliminar impurezas y darle un aspecto visual limpio. Su fermentación es finalizada en tanque isobárico.
En su sistema de embotellado se utiliza la embotelladora Lebinger, de caño largo, que proporciona un llenado a menor presión y niveles de oxígeno disuelto por debajo de 10 ppm.
La cerveza artesanal es una bebida fermentada que se produce a partir de cuatro ingredientes fundamentales: malta de cebada, lúpulo, levadura y agua.
La fabricación de cerveza comienza pues con la selección de las maltas según la receta a realizar. A una malta básica se pueden añadir otras maltas especiales complementarias para lograr ciertos matices. El tostado de la malta ofrece distintos sabores y colores.
Junto a la malta de cebada, la cerveza admite otros cereales como trigo, centeno, avena maíz y arroz, o adjuntos como fruta, frutos secos, especias, pieles de cítricos, etc.
De la planta del lúpulo se utilizan los conos, ya sean en formato flor, pellets o extracto de aceite. El lúpulo no solo es responsable del amargor de la cerveza, también es un conservante natural y también aporta sabor y aromas frutales y herbales en función de la variedad.
Una vez tenemos los ingredientes seleccionados procedemos a su elaboración.
El sistema de elaboración para obtener una cerveza artesanal consta de seis etapas: molturado, maceración, cocción, enfriamiento, fermentación y embotellado.
Una vez elegidas las maltas le sigue el molturado.
Consiste en triturar el grano.
No se trata de hacerlo harina sino de romperlo en trozos pequeños y tratar de dejar la cáscara del grano intacta para que posteriormente pueda actuar de filtro natural después del proceso de maceración.
El grano triturado se macera en un depósito con agua caliente entre 65ºC y 70ºC durante una hora u hora y media, también se puede hacer un escalado de temperaturas.
El macerado es similar a la infusión de un sobre de té. En esta fase se obtiene el mosto de cerveza, que destaca por su dulzor, ya que se extrae del grano todos los azúcares que las enzimas han modificado del almidón.
El macerado termina con la recirculación y el filtrado del mosto, se suprime todo el bagazo y elementos sólidos ya inservibles.
Una vez separado del cereal, el mosto se traslada a una olla en la que se hierve durante una hora. Conviene destapar el recipiente cuando el mosto empiece a borbotear. Así se evaporan los compuestos indeseables. Durante el hervido se introducen las distintas variedades de lúpulo. El lúpulo responsable del amargor se agrega al principio de la ebullición; el que proporciona sabor, en torno a quince minutos antes del final. Durante la ebullición hay que ir retirando toda la espuma de proteínas que genera el lúpulo para suprimir sabores indeseables en la cerveza y conseguir una cerveza más limpia.
De inmediato se enfría la mezcla lo más rápido posible, para evitar contaminaciones o alteraciones de sabor. Se filtra y se trasvasa a un fermentador. En función del estilo de cerveza, lager o ale, el mosto ha de permanecer a una u otra temperatura. Esto se debe a que cada tipo de levadura trabaja en unas condiciones distintas. Cuando se trasvasa el mosto al fermentador y se consigue la temperatura adecuada se añade la levadura y se cierra el fermentador.
Al inocular la levadura en el fermentador, conviene remover la mezcla para oxigenarla; así¬ se facilita la acción y reproducción de las levaduras. Estos microorganismos consumen parte de los azúcares y producen alcohol y dióxido de carbono. Depende del estilo, pero la mayoría de cervezas tardan en hacer la primera fermentación en torno a una semana. Una vez pasado el tiempo de trabajo del primer fermentador se trasvasa la cerveza a un segundo fermentador o acondicionador. Tras la segunda fermentación que dura entre dos y tres semanas, se embotella la cerveza, dejando que se produzca la tercera y última fase de fermentación que permite el acondicionado de la cerveza.
Si la cerveza se ha fermentado en fermentadores isobáricos, es decir en los que es posible conservar parte del CO2 producido durante la fermentación, se enviará directamente a la envasadora y se colocará la chapa o tapón. La cerveza en este caso estaría lista para tomar.